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  Como en los Días de Noé y Lot
 

Como en los Días de Noé y Lot

Al observar todos los acontecimientos que están sucediendo a nuestro alrededor, podemos notar con claridad, que algo grande está por ocurrir en este planeta. La Biblia nos advierte del acontecimiento más grande que va a ocurrir dentro de muy poco tiempo y es a saber la segunda venida de nuestro Señor y Salvador Jesús. Vemos señales por doquier, pero muchos no están haciendo caso a las mismas y lo que argumentan es que, siempre ha ocurrido terremotos, hambre y guerras, en otras palabras todo esto es algo normal, que es parte del ciclo de la vida del planeta. Pero no se sorprenda si le digo que esto también fue predicho en los labios de Jesús de Nazaret.

Veamos que nos dice la Palabra de Dios acerca de la frialdad con la que muchos están tomando todas estas señales:

Lucas 17:26-32
Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.

Aquí se nos presenta, un amplio panorama con relación a los juicios de Dios. Podemos notar que aunque las personas fueron advertidas antes de caer los juicios de Dios sobre ellos, siguieron viviendo de manera como si no estuviera pasando absolutamente nada, desoyendo la voz de Dios que los invitaba a un arrepentimiento genuino, dejando de practicar lo malo delante de su presencia y ofreciendo sacrificios agradables y aceptos ante sus ojos.

Veamos cómo era la vida de los hombres antes del diluvio y antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra y qué comparación podemos hacer con relación a nuestro tiempo, para que podamos tener una más clara noción, de cuán cerca está la segunda venida de Jesús y la destrucción de lo que hoy conocemos.

Vayamos al libro de Génesis 6:5-7 dice: Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

Génesis 6:11-13  Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.

Antes de que Dios decidiera destruir el mundo con el diluvio ocurrió algo y es que el hombre colmó la paciencia y la misericordia de Dios de tal forma que a Jehová le dolió en su corazón haber creado al hombre, ya que el pensamiento de la humanidad era de continuo solamente el mal. El hombre había corrompido la tierra con violencia y todo tipo de maldad que podamos imaginar. Ahora bien ¿qué podemos decir de nosotros?, ¿cuál es el nivel de maldad existente en nuestros días?, ¿se podrá comparar con los antediluvianos? Bueno particularmente hablando me parece que ya estamos a nivel de los antediluvianos, solamente hay que ponerse a ver las noticias: muertes en gran número, asesinatos, violaciones, robos,  abuso de menores por parte de los adultos, abortos, entre otros.

La sociedad en la cual vivimos posee un grado de deterioro enorme, es tan grave el deterioro, que las personas que son moralmente correctas, sufren persecuciones por parte de los corruptos, llegando hasta el punto de quitarles la vida, porque no encajan con su perfil.

El amor al dinero está socavando los cimientos de la sociedad, bien lo dice la Biblia que el amor al dinero es la raíz de todos los males (1Timoteo 6:10).

Vemos por doquier: drogadicción, alcoholismo, vandalismo, lucha entre pandillas, guerras de intereses entre las naciones, y todavía con todo esto muchos piensan que podemos mejorar, cuando en la Biblia nos dice lo contrario.

Ya vimos cómo estaba la humanidad antes del diluvio (totalmente corrompida), ahora veamos el estado de maldad que reinaba entre los habitantes de Sodoma y Gomorra, el cual lo llevó a la destrucción:

Génesis 18:20,21  Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.

Como vemos en este texto, la maldad de Sodoma y Gomorra era muy elevada, tan elevada que había llegado hasta la presencia de Dios. De hecho la palabra sodomía que hace referencia a la degradante práctica sexual vía anal, proviene de Sodoma, donde se practicaba dicha aberración sexual. Estas ciudades eran cuna del homosexualismo de su época.

En los siguientes pasajes se muestra, cómo los varones de Sodoma querían atacar sexualmente a los mensajeros celestiales, que estaban en la casa de Lot. Pero lo más impactante de la narración, fue la presencia de niños y viejos, o sea en pocas palabras todo el pueblo estaba corrompido, desde el más joven hasta el más entrado en edad.

Génesis 19:4-8  Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado.

Después de esto lo que siguió es historia, las dos grandes ciudades fueron destruidas con fuego y azufre, poniéndola Dios como ejemplo de lo que le va a suceder a todos aquellos que no hagan la voluntad de nuestro Padre celestial, sino que andan en los  deleites de este mundo perverso a punto de ser destruido, debido a la maldad de los hombres.

2Pedro 2:4-6  Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente…

Hoy en día vivimos, como en los días antes del diluvio y antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, donde reina  la maldad, el egoísmo, la aberración sexual de hombres con hombres y mujeres con mujeres, abusos sexuales contra niños, todo tipo de violación a los derechos de la humanidad, odio racial, crímenes, guerras, muertes masivas, destrucción del medio ambiente, entre otras cosas.

Estamos viviendo en los últimos días de la historia de la humanidad y así lo describe el apóstol Pablo:

2Timoteo 3:1-6 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.

Ya falta poco para que se pronuncien las palabras de nuestro Salvador diciendo: Hecho está, el que sea inmundo siga siendo inmundo todavía y el que sea justo practique la justicia todavía. “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1Corintios 6:9,10).

Estamos por ver el glorioso regreso de nuestro Dios, ¿estás listo para montarte en la nave, que nos transportará hacia el cielo?

Dios te bendiga y te ayude a prepararte para su regreso.


 
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