atalayadelafe
  La Verdad Os hará Libres
 


Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (Juan 8:32)

Durante mucho tiempo, he estado buscando la verdad de manera frenética, y a través de esta búsqueda, he encontrado muchas definiciones acerca de lo que es la verdad. Para algunos la verdad, no es más que un mero concepto mental, o sea,  la verdad varía dependiendo de lo que puedas creer como real o irreal, lo que es tangible o lo que es abstracto y  al fin de todo, muchas veces terminamos creyendo como verdad algo que no lo es.

¿Cómo define el diccionario la palabra verdad?

Particularmente me gustó esta definición: “Conformidad de lo que se dice con lo que se piensa” Microsoft® Encarta® 2009

En términos humanos la verdad es relativa, porque lo que un grupo de personas piensa que es verdad, para otro grupo no lo es. De ahí que existe diversidad de pensamientos y de creencias, acerca de lo que se considera como verdad.

Existen leyes que rigen nuestro planeta y todo el universo, las cuales aceptamos como verdad al ser postuladas por alguna que otra mente brillante. Pero aún así, algunos de esos postulados, con el correr del tiempo son derribados por otros nuevos, los cuales también los aceptamos como verdad. Y  entonces ¿dónde está realmente la verdad?

Un científico diría que todo lo que se puede comprobar es verdad y que no existe la verdad absoluta, porque toda verdad es relativa. Pero déjenme decirles algo, existe la verdad absoluta y sólo y únicamente la podemos encontrar en el autor y consumador de nuestra fe, en Yashua de Nazaret. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14:6)

Vemos hoy en día miles de religiones las cuales dicen tener la verdad, y cómo es que siendo una sola verdad existen tantas personas que profesan diferentes creencias.

En la Biblia solo existe una verdad y esta verdad la podemos encontrar resumida en el mensaje de los tres ángeles de apocalipsis 14:6 al 12

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.

Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,  él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.

Claramente podemos apreciar que existe un solo mensaje (el evangelio eterno) y una sola verdad, la cual debemos comunicar al mundo.

La Biblia nos muestra a través de Juan, que la verdad se basa en una persona y que si queremos conocer la verdad debemos adorar a esa persona. “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. (Juan 1:17, 18). “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”. (Juan 4:23)

Nuestra adoración debe ser dirigida al Padre a través de su Hijo. “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”. (Juan 14:13). “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo”. (1Juan 1:3). “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. (1Juan 5:12). “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo”. (2Juan 1:9)

Estas cosas os he escrito a vosotros que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén. (1Juan 5:13-15; 18-21)


 
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